¡MAMÁ, PAPÁ!
La Luna se elevó. Y sonaron los instrumentos y las caracolas con gran fuerza. Messua lloró. Buldeo empezó a adornar sus aventuras. Hasta dijo que Akela se había erguido sobre dos pies, hablando como un hombre. Mowgli y los lobos pararon ante la cueva de Madre Loba.
-Mamá -dijo Mowgli-, me arrojaron de la manada humana, pero cumplí mi palabra. Traigo la piel de Shere Khan.
Madre Loba rengueaba al andar. Los lobatos la seguían:
-Lo profeticé –dijo-. Quería matarte. Le previne que si se sentía cazador, seria cazado. ¡Hijo mío! Hiciste lo que debías.