EL GRAN PASTOR
En la aldea sólo los chicos cuidan a los búfalos, llevándolos a los pastos; desde el alba hasta el anochecer. Las reses, capaces de aplastar a un hombre, se dejan gobernar mansamente por ellos. Ni los tigres osan atacarlos. Los chicos sólo corren peligro si se distraen en el camino. Pueden desaparecer para siempre.
Mowgli atravesó la aldea cabalgando sobre Rama, el toro guía del rebaño. Los búfalos, con sus ojos feroces, se levantaron de sus establos y lo siguieron. Sin decir nada, hizo saber a los chicos que él mandaba entre los pastores. Encargó que lo sustituyera Kamya, recalcando que no se alejara del rebaño.