EL LOBO Y EL PERRO
- Dime- le dijo- ¿por qué si yo soy más fuerte y más valiente que tú, no encuentro qué comer y casi muero de hambre?
- Es porque yo -contestó el perro- sirvo a un amo que me cuida mucho, me da pan sin que se lo pida, me guarda huesos y restos que sobran de las comidas, y no tengo más obligación que cuidar la casa.
- Gran suerte es ésta- contestó el lobo envidiándole.
- Pues mira- replicó el perro- si tú quieres puedes disfrutar del mismo destino, viniendo a servir a mi amo y defendiendo la casa de los ladrones por la noche.
- De acuerdo- dijo el lobo- porque más me gustará vivir bajo techo y hartarme de comida sin tener nada que hacer, que andar por las selvas bajo lluvias y nieves. Pero oye- añadió mientras caminaban- veo que tienes pelado el cuello, ¿a qué se debe?
- No es nada- repuso el perro-, sólo que para que no salga de la casa durante el día, me atan con una cadena; así por la noche estoy despierto, y entonces ando por donde se me antoja.
- Bien- dijo el lobo-; pero si quieres salir de casa ¿te dejan?
- Eso no- respondió el perro.
- Pues si no eres libre- replicó el lobo-, disfruta enhorabuena de esos bienes que tanto alabas, que si para disfrutar he de sacrificar mi libertad, entonces no los quiero.
Moraleja:
“Vale más el duro trabajo en libertad, que el placer en esclavitud”
Fábulas De Esopo
Fuente: Toribio Anyarin Injante
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