EL CIERVO Y EL BUEY
Un ciervo que hura de los cazadores entró a un establo y rogó al buey que había allí que le permitiera ocultarse. El buey accedió a -este deseo, pero le manifestó que allí no estaña seguro, pues dentro de poco entrarían los criados y el amo.
- Sin embargo, dijo el ciervo, si tú no me delatas, me sentiré seguro.
Entraron en efecto los mozos, y ninguno reparó en el ciervo. Entró asimismo el boyero y tampoco lo vio, pero poco después entró el amo y se puso a registrar los pesebres y todos los rincones para corregir los descuidos de los criados, descubriendo debajo del heno los cuernos del ciervo, y llamando a su gente le hizo matar.
Moraleja:
“El temor nos ciega y puede provocar nuestra ruina. Es muy difícil encontrar puerto seguro en los grandes conflictos”
Fábulas De Esopo
Fuente: Toribio Anyarin Injante
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