LA MANO

Pero ¿la mano de quién? La clase quedó cautivada por la imagen.
“Creo que debe ser la mano de Dios que nos trae comida", dijo un chico. "Un granjero-dijo otro- porque cría pollos". Por último, mientras los demás estaban opinando, la maestra se inclinó sobre el banco de Manuel y le preguntó de quién era esa mano. "Es su mano, señorita", murmuró, con pena y su mirada perdida en el piso. Él pensó que la pregunta se debía a que hizo mal su dibujo.
La maestra recordó que muchas veces, a la hora del recreo, había llevado a Manuel, un niño delgaducho y desamparado, de la mano. Muchas veces lo hacía con los niños, pero para Manuel significaba tanto. La maestra no se contuvo, dejó caer dos lágrimas y abrazó al pequeño diciéndole: "Gracias, mi querido Manuel".
Tal vez el niño expresó su agradecimiento, no por las cosas materiales que recibimos, sino por la posibilidad, por pequeña que sea, de dar a los demás.
"La gratitud no coloca límites para los gestos de ternura".
Fuente: MegaEditores S.A.C
yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminarvayyayyayyay me gusto muchhooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwwww no me contuve con este cuento Una profesora contó que había pedido a sus alumnos de segundo grado que dibujaran algo por el cual estuvieran agradecidos. Pensó que sus niños de vecindarios humildes no tenían demasiadas cosas que agradecer. Sabía que ellos dibujarían mesas con comida. Pero, la maestra se quedó helada con el dibujo que le entregó Manuel... una simple mano dibujada en forma infantil.
ResponderEliminarPero ¿la mano de quién? La clase quedó cautivada por la imagen.
“Creo que debe ser la mano de Dios que nos trae comida", dijo un chico. "Un granjero-dijo otro- porque cría pollos". Por último, mientras los demás estaban opinando, la maestra se inclinó sobre el banco de Manuel y le preguntó de quién era esa mano. "Es su mano, señorita", murmuró, con pena y su mirada perdida en el piso. Él pensó que la pregunta se debía a que hizo mal su dibujo.
La maestra recordó que muchas veces, a la hora del recreo, había llevado a Manuel, un niño delgaducho y desamparado, de la mano. Muchas veces lo hacía con los niños, pero para Manuel significaba tanto. La maestra no se contuvo, dejó caer dos lágrimas y abrazó al pequeño diciéndole: "Gracias, mi querido Manuel".
Tal vez el niño expresó su agradecimiento, no por las cosas materiales que recibimos, sino por la posibilidad, por pequeña que sea, de dar a los demás.
"La gratitud no coloca límites para los gestos de ternura".
AMÈN..
me gusto mucho
ResponderEliminarme gusto sta chulo
ResponderEliminarFeliz dia del maestro/a
ResponderEliminarEs lo que nos anima a seguir
ResponderEliminargracias este cuento me ayudo a decir mis buenos días en el cole me encanto :)
ResponderEliminarmuy buena reflexion
ResponderEliminarEESTA BUENISIMA CHEBERE
ResponderEliminarme gusto mucho
ResponderEliminarmuy bien
:3 :) =D
me gusto
ResponderEliminarmuy bonito y deja una hermosa enseñanza.....
ResponderEliminarhermosoooo
ResponderEliminarLindo...
ResponderEliminarme hizo llorar...hermoso
ResponderEliminar